El cuaderno de tareas es otro recurso didáctico, que nos permite la individualización del aprendizaje del participante. Ya que en la clase de Alfabetización es muy frecuente encontrar diferentes niveles de aprendizaje. Es decir iletrados puros (IP), iletrados funcionales (IF) y especiales (IE) en la misma aula.
Es muy importante que el facilitador conozca personalmente a cada uno de los participantes de la clase, reconociendo a qué grupo pertenece cada uno de ellos:
- ILETRADOS PUROS (IP)
Son aquellas personas que no tienen ningún tipo de instrucción educativa, es decir no han ido nunca a la escuela u otra institución educativa.
Por tanto el programa de Alfabetización es para ellos el primer momento en el cual se pone en contacto con una clase y los diferentes materiales didácticos. Incluso alguno de ellos no podrán ni siquiera tomar el lapicero correctamente, ni reconocer alguna letra o palabra.
Deben tener una atención especial por parte del facilitador, principalmente en el desarrollo de la psicomotricidad. En la mayoría de los casos son personas mayores dedicadas a las labores del campo, con las “manos duras” y no tienen la suficiente flexibilidad en sus extremidades superiores, para agarrar el lapicero.
- ILETRADOS FUNCIONALES (IF)
Son aquellas personas que en algún momento asistieron a la escuela u otra institución educativa (puede ser incluso otro programa de Alfabetización). Y por desuso han olvidado sus conocimientos en lecto-escritura.
Algunos participantes a pesar de no haber asistido a la escuela, reconocer algunas letras y escriben algunas palabras, por lo que podríamos incluirlo en este grupo.
- ILETRADOS ESPECIALES (IE)
Son los participantes que presenten algún tipo de limitación física, ya sea auditiva, visual o motora. Por tanto requieren de una atención educativa especial, lo que nos implicará como facilitador realizar las adaptaciones necesarias a las actividades y a las clases.
Es muy importante que en el caso de los iletrados especiales trabajemos frecuentemente actividades y dinámicas que permitan mejorar las relaciones personales, para de esa forma evitar su aislamiento.
Cada grupo con su características y necesidades diferentes, por lo que se hace necesario individualizar el aprendizaje y adaptarlo a las características y necesidades de cada participante en concreto. Para ello utilizamos el cuaderno de tareas.
El facilitador decidirá que tarea debe realizar el participante en su casa, evaluando sus necesidades (realizando un diagnóstico de necesidades del participante). El proceso es muy sencillo, lo podríamos resumir en dos aspectos:
1. Preguntar al participante que actividades le gustan más o desearía aprender.
Por ejemplo, preguntamos al participante, que le gusta más, el participante nos indica que tiene deseos de aprender más matemáticas, ya que le es muy útil en el puesto del mercado para vender la fruta y vegetales. Por lo que incluiríamos en la tarea para casa actividades de matemáticas, la dificultad de la tarea siempre depende del nivel de aprendizaje del participante.
2. Añadir las tareas en donde vemos que el participante tiene dificultades en donde es necesario repasar y reafirmar.
Por ejemplo, si vemos que el participante no reconoce correctamente las vocales, incluiríamos en la tarea para casa, diferentes actividades de trabajo con vocales.
Por ejemplo, si vemos que el participante no reconoce correctamente las vocales, incluiríamos en la tarea para casa, diferentes actividades de trabajo con vocales.
Ante los diferentes niveles de aprendizaje que nos encontramos en el aula de Alfabetización, no solamente disponemos del cuaderno de tareas para individualizar el aprendizaje. Sino que durante el desarrollo de las clases y las diferentes actividades podemos ir adaptándolas a las características en concreto de nuestra clase y de los participantes.
Una manera sencilla, es aprovechar los diferentes niveles de aprendizaje para juntar a los participantes de mayor nivel con los de menor nivel. De tal forma que formemos una pareja de trabajo, el participante de mayor nivel ayudará al participante de menor nivel, por lo que conseguiremos por una parte, un trabajo colaborativo, aumentar la complejidad de la actividad para el participante de mayor nivel además de una atención y apoyo individualizado del participante de menor nivel, aliviando carga de trabajo al facilitador.